NUESTRO VIAJE POR EL CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS
Del 5 al 14 de mayo, un grupo diverso y entusiasta de 20 personas nos embarcamos en una experiencia inolvidable recorriendo el Camino de Santiago Portugués, desde Valença do Minho hasta Santiago de Compostela. Este viaje no solo fue una caminata física, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza, con las comunidades locales y con nosotros mismos, en un recorrido lleno de momentos especiales, risas y aprendizajes.
Desde el inicio en Valença do Minho, cruzamos fronteras y nos adentramos en un paisaje que nos cautivó por su belleza y su riqueza ecológica. A lo largo de más de 120 kilómetros, pasamos por localidades como Tui, Ponte das Febres, O Porriño, Mos, Redondela, Arcade, Bergunde, Pontevedra, Santa María de Alba, Caldas de Reis, Padrón, A Escravitude, Milladoiro y, por supuesto, Santiago de Compostela. Cada uno de estos lugares nos ofreció una visión única de su historia, su cultura y su entorno natural.
Uno de los aspectos más enriquecedores de este camino fue la interacción con las gentes que habitan estas tierras. Tanto peregrinos de diferentes partes del mundo como vecinos y vecinas de los pueblos nos recibieron con calidez y alegría. Algunos nos salían a saludar, otros nos sorprendieron con pequeños regalos, gestos que reflejaron la hospitalidad y la sencillez de estas comunidades. Compartir momentos con personas de distintas culturas y edades nos recordó la importancia de la diversidad y la inclusión en nuestras experiencias de viaje.
El entorno natural fue otro protagonista fundamental de esta aventura. Nos maravillamos con los bosques exuberantes, las cascadas que caían con fuerza y la vegetación vibrante que acompañaba cada paso. La belleza de los paisajes, como la impresionante ría de Vigo, nos dejó sin palabras. La naturaleza nos brindó un escenario perfecto para reflexionar, respirar profundamente y disfrutar del silencio y la calma que solo un entorno natural puede ofrecer. A pesar de que algunos días la lluvia caía a cántaros, esto no fue impedimento para seguir adelante; al contrario, nos fortaleció y nos unió aún más como grupo.
Este camino fue mucho más que una caminata; fue una experiencia de sacrificio, amistad y disfrute compartido. Cada paso nos acercaba no solo a nuestro destino final en Santiago de Compostela, sino también a una mayor comprensión de la importancia de cuidar nuestro entorno y valorar las comunidades locales. La convivencia, las risas y los momentos de apoyo mutuo hicieron que cada día fuera especial y lleno de significado.
El espíritu del viaje estuvo marcado por la inclusión y el respeto por la diversidad. Personas de diferentes edades, orígenes y capacidades forman parte de esta experiencia, demostrando que el Camino puede ser recorrido por todos y todas. La experiencia nos enseñó que, con empatía y colaboración, podemos superar cualquier desafío y disfrutar plenamente de la belleza que nos rodea.
En ADENEX, creemos que los viajes ambientales son una oportunidad para sensibilizar sobre la importancia de preservar nuestros ecosistemas y promover un turismo responsable y respetuoso con el entorno. Este recorrido por el Camino de Santiago Portugués ejemplifica cómo la naturaleza, la cultura y la comunidad se entrelazan para crear experiencias enriquecedoras y transformadoras.
Queremos agradecer a todas las personas que formaron parte de esta aventura, a quienes nos acompañaron en cada paso y a quienes nos inspiran a seguir promoviendo viajes que respeten y valoren nuestro patrimonio natural y cultural.
Este grupo tan especial fue el alma de esta experiencia, y sin su entusiasmo, amistad y compromiso, el Camino de Santiago Portugués no habría tenido ese encanto tan único. Cada uno aportó su energía, sus historias y su alegría, haciendo que cada día fuera memorable.