¿QUÉ IMPLICA CERRAR LAS CENTRALES NUCLEARES?
JOSÉ Mª GONZÁLEZ MAZÓN
Coordina el GT de energía de ADENEX
Estamos acostumbrados a que cuando describimos la actividad industrial de una central nuclear para producir electricidad solo veamos el edificio al lado de unas Torres cerca del mar o al lado de un pantano artificial de algún río. Pero la realidad fabril no es esa tan aparente.
Siempre tendremos que contabilizar las tres fases que todo el ciclo completo de una central nuclear pone en funcionamiento.
- Una primera fase anterior a la llegada del combustible en la propia instalación (siempre ocultada por la industria y financiada por el estado).
- Una fase intermedia de construcción (mínimo 10 años) y funcionamiento (operaciones de rutina las denominan de manera irónica).
- Una fase final de cierre que es su desmantelamiento y a la vez, de gestión de residuos radiactivos más letales hasta que se establezca su almacenamiento bajo tierra (procesos de los cuales se desentiende la propia industria que los ha producido).
El mes de agosto es recordado como el primer paso que el hombre dio en una carrera armamentística atómica. El 6 y 9 de agosto de 1945, dos ciudades japonesas son arrasadas. Hiroshima y Nagasaki fueron bombardeadas pereciendo 300.00 personas como consecuencia de las radiaciones y si para algunos historiadores supuso el final de la segunda guerra mundial (el 14 de agosto un mensaje de radio informaba de la rendición del país nipón) para otros fue el inicio del desarrollo de las centrales nucleares en todo el mundo. Esa victoria impuesta de manera incondicional por el ejército de los EEEUU a Japón, sin otras soluciones diplomáticas, también supuso que no se pudiera acusar de este acto como “crimen contra la Humanidad”. Estudios de la documentación de la época señalan que “con toda probabilidad Japón se habría rendido antes del 1 de noviembre de 1945 aunque no se hubieran lanzado las bombas”.
El científico A. Einstein y el filósofo B. Russel impulsaron un movimiento social mundial a fin de buscar soluciones pacíficas a los conflictos internacionales, pero la dependencia del armamento estadounidense y la situación de ruina en buena parte de Europa impulsaron una nueva industria de armamento, a la cual se sumó enseguida la URSS cuya militarización le llevó a su desaparición a finales de los años 80. (C. Castoriadis. “Ante la guerra: Las realidades”.1986).
Que hayamos denominado “guerra fría” a todo ese periodo hasta la caída del muro de Berlín, no oculta que se haya realizado en caliente en mucho otros lugares del planeta. Así el intento de exterminio de la población de Palestina por el estado de Israel poseedor de bombas atómicas, el enfrentamiento entre Pakistán y la India ambos con armamento nuclear, o la guerra en Irak, Libia, Yemen y Siria donde se ha usado munición de uranio tanto enriquecido como empobrecido, provocando cánceres y malformaciones congénitas.
Que aún no ha terminado el negocio atómico, como bien nos recuerda la guerra contra Ucrania, que vuelve a enfrentar a potencias nucleares (EEEUU camuflado de OTAN y la Federación de Rusia) a fin de seguir produciendo el mayor negocio del siglo, la fabricación y venta de armas. La UE ha aceptado aumentar sus presupuestos militares precisamente en un momento de pandemia y emergencia climática arrolladora y acuciante. China no está lejos con su armamento militar nuclear.
Y hemos podido admitir esa situación de latencia siempre apocalíptica al introducir lo mortal del átomo para producir electricidad en muestras casas y negocios a lo largo de estos últimos 70 años; la primera central nuclear del mundo se construyó en la URSS en 1954, seguida dos años más tarde por Gran Bretaña.
Sí, todas las centrales nucleares del mundo tuvieron su comienzo en la pretensión de poseer la bomba atómica, que solo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) iniciado en 1968 por EEUU, Gran Bretaña y la URSS, y en vigor desde1970, puso en evidencia. Los “átomos para la paz” no eran sino centrales nucleares camufladas de civiles, para con el uranio y plutonio generado en forma de residuos radiactivos poder obtener la fabricación de armamento nuclear.
El régimen de Franco también lo quiso y la central de Vandellós I de tecnología francesa (conectada a la red eléctrica en 1972, y cerrada en 1989 por un gran incendio) estaba destinada a tal motivo. La dictadura tenía previsto más de 40 centrales nucleares en toda España que solo los movimientos ecologistas frenaron y que la democracia redujo a solo 10 en funcionamiento. España se adhiere al TNP en 1987, a fin de no usar los residuos radiactivos para la fabricación de bombas atómica, entonces se consideraba que renunciar al armamento atómico era perder soberanía nacional y no ser dueños del destino patrio (Lino Camprubi: “ Los ingenieros de Franco. Ciencia, catolicismo y Guerra Fría”. 2017).
Las promesas de energía barata e inagotable de las primeras centrales nucleares ocultaban ese origen militar, pero sobre todo defectos tecnológicos muy graves, además de una producción ingente de residuos radiactivos sin solución tecnológica aplicable que solo la confianza ciega daba por asegurado. Los accidentes con víctimas mortales son por todos conocidos, y los varios miles de incidentes constantes, de una energía que precisamente representa un escaso 10,5 % mundial.
No solo hoy el mineral uranio se acaba, sino que se ha demostrado que es una fuente de electricidad muy cara, donde todo el proceso (altamente emisor de gases de efecto invernadero) hasta la propia central está subvencionado, y la gestión de residuos radiactivos, así como los seguros de accidentes mayores, corren por cuenta de nuestros impuestos, por cuenta del Estado. Todo esto sin tener en cuenta el riesgo de accidente grave que ningún prototipo mejorado ha logrado despejar, pues las denominadas centrales de “nueva generación” llevan un mínimo de 12 años de construcción y una ingente inversión, requiriendo del compromiso político y económico del Estado donde se asientan.
Esto ha hecho que todas las industrias dedicadas al átomo hayan cerrado (Westinghouse y Siemens) y que solo las empresas públicas del átomo del Estado francés sigan empeñadas en proseguir (EDF y la nueva Areva, Orano) dada su alta dependencia de lo nuclear. Es por esta razón, que el gobierno francés sigue insistiendo en que la Unión Europea subvencione el átomo civil, pintándolo de verde, a pesar de que lleva tres años en los que las altas temperaturas y la sequía prolongada está poniendo en jaque su producción eléctrica atómica de la cual depende hasta en un 70%.
Es ya innegable que se está en el momento del fin de una era del uso civil de la energía nuclear, enchufada a la red, en todo el mundo.
Un final relativo pues es una industria a la que le quedan todavía muchos años para su desmantelamiento total, y sin solución definitiva para albergar los residuos radiactivos de muy alta actividad cuya duración se cuenta en decenas de miles de años. Por ejemplo, en el caso de Vandellós I, en Tarragona, se prevé su desmantelamiento y clausura para el año 2028, cuyos residuos aun guarda Francia. Esto nos da una idea de que cuando cierra un central nuclear no se destruye todo el empleo disponible, sino que el Estado realiza nuevas inversiones en los territorios afectados.
En España las empresas propietarias de las centrales nucleares pactaron con el Gobierno un calendario de cierre, que para Almaraz será dentro de cinco años, teniendo otros 12 años más para su desmantelamiento y otros 30 años más para almacenar los residuos radiactivos de alta actividad.
Los que piden que hagan otra central nueva en la zona, o que se prolongue su funcionamiento, quieren seguir ignorando que una central nuclear no es una fábrica de chocolate y que hasta que no desaparezcan todos los residuos de su interior nunca los habitantes, en un radio de minimo75 km, estaremos seguros.
¿Realidades? Pues el último incendio en Casas de Miravete estuvo a 5 km de la central de Almaraz (notificación al CSN del 15 de julio). Suerte que el viento predominante cambio de rumbo.
El 7 de septiembre seguiremos exigiendo el cierre de Almaraz y de todas las demás. EXTREMADURA NO SE RESIGNA.
GT. ENERGÍA. ADENEX
A partir de la fundación de Adenex en 1978, se constituye un grupo inicial de personas que comienzan a intervenir de manera prioritaria frente a la instalación de energía nuclear en la región.
Antinucleares.
Como parte del movimiento ibérico antinuclear y junto con los municipios y productores agrarios, conseguimos, de manera pacífica, frenar la central nuclear de Valdecaballeros (dos grupos atómicos). De manera continuada con el cierre de Almaraz aún en funcionamiento, a pesar de mas de 2.500 incidentes desde su puesta en marcha, tanto desde el movimiento antinuclear internacional como desde el ibérico, y en favor de un Consejo de Seguridad Nuclear independiente y profesional.
El cierre de Almaraz y de todas las demás , a fin de frenar la producción de residuos radiactivos y partidarios de un calendario de cierre escalonado a nivel estatal que una vez llevado a cabo establezca la mejor gestión de un legado letal en forma de cementerios nucleares. (“Breve historial de los dos grupos atómicos de Almaraz.”. 2012. Informe Adenex coordinado por César Peguero y en constante actualización).
Nuestro posicionamiento antinuclear siempre nos ha llevado a plantear alternativas, tanto en el uso e instalación de energías renovables, como en la dirección del uso pasivo de la energía. Es significativo que las dos primeras empresas de renovables surjan de socios de Adenex, empresas que ya han cumplido más de cuarenta años de funcionamiento.
En defensa de las energías renovables y de la reducción de consumo.
En los años 90, ponemos en marcha la compaña regional “Enchúfate al sol” con varias vertientes de trabajo: Una para impulsar los tejados solares en la región y la conexión fotovoltaica tanto en explotaciones agrarias como en pequeños municipios, una segunda para promocionar la arquitectura bioclimática a fin de conseguir la eficiencia y el ahorro energética en todas las edificaciones, también de debate acerca de la instalación de parques eólicos ante la negativa del gobierno extremeño de entonces de impedir tanto la investigación como su uso.
Jornadas con distintos expertos, municipios, sindicatos y movimientos sociales, talleres de educación ambiental, ferias y encuentros de verano demostrativos del uso y eficiencia de la energía solar, de bombero, cocinas solares y arquitectura pasiva. Las colaboraciones fueron múltiples, desde el Colegio de Arquitectos e Ingenieros de la región, hasta del ámbito cultural y musical. ( “Fiesta del Sol “ en diferentes años y “ Coup de Soupe”, por ejemplo en lo musical).
Activos frente a modelos de crecimiento esquilmadores.
2005, es el año nefasto para la región, al presentarse como modelo de desarrollo sostenible dos proyectos que apuntaban uno hacia la reurbanización del medio rural (Proyecto Marina de Valdecañas) y otro hacia un mega proyecto de refino y subproductos del petróleo. Con respecto al primero hemos conseguido que hasta 5 sentencias confirmen la ilegalidad de la pretendida “ciudad nueva” de Valdecañas, a la espera de su demolición y en el de la refinería que definitivamente las grandes movilizaciones sociales consiguieron parar a tiempo, recordando la misma situación que la de Valdecaballeros en los años setenta. En junio de 2015, una vez anunciada por el presidente del gobierno de Extremadura la construcción de un refinería de petróleos en Tierra de Barros convocamos, en unas jornadas, a movimientos sociales, expertos, sindicatos y diferentes administraciones frente a una imposición de modelo industrial obsoleta que iba a hipotecar durante todo el sigo XXI un polo químico tan alejado de las alternativas ya en marcha tanto de la renovables como de otras experiencias de producción sostenible.
Mientras tanto, prosiguen campañas dirigidas al cambio de compañía eléctrica comercializadora y a la denuncia pública sobre las prioridades concedidas a las multinacionales del sector eléctrico para las instalaciones de diferentes centrales que ni pueden ofrecer empleo continuo, ni pagan impuestos por ello y al final son compradas por diferentes fondos buitre desde los paraísos fiscales.
Y desde Montánchez, en el Centro de Investigación y Educación Ambiental de La Fontanita se reconstruyó de manera pasiva las edificaciones y se puso el primer techo solar. La Casa del Sol en Mérida ya está trabajando en su proyecto.
Prioridad a modelos de colaboración ciudadana y municipal. Nuevas comunidades energéticas en Extremadura.
En la década del 2010, resurge nuevamente proyectos saqueadores del territorio, en forma de peticiones extractivistas que con fines especulativos financieros tienen a un gobierno regional impotente a pesar de la experiencia en Monasterio de la mina de níquel ya abandonada.
La alternativa sería una industrialización e investigación tecnológica basada en la industria solar de almacenamiento (centrales térmicas solares) y por otra parte en dar cobertura energética descentralizada al 90% de los municipios de la región a través de crear distintas “comunidades energéticas”, favoreciendo el empleo local y la participación directa en la producción, consumo o reparto de la energía.
OBJETIVOS.
- Colaborar abiertamente con todas las plataformas y movimientos ciudadanos, cooperativas y pymes en defensa de la descentralización energética, y en un apuesta por participación directa y el autoconsumo compartido, dejando evidente el cierre de la central nuclear de Almaraz y de todas las demás.
- Activar de manera ética y critica la experiencia de transición energética desde lo local, tanto a nivel intermunicipal o comarcal, a fin de favorecer tanto el empleo local como la investigación técnica y tecnológica.
- Colaborar y divulgar con todas las experiencias en el fomento del ahorro energético a través de la construcción pasiva de todas las edificaciones nuevas y de la mejora en las envolventes en las ya construidas.
- Ejecutar como ejemplo demostrativo de comunidad energética la instalación fotovoltaica sita en el centro de la Fontanita (Montánchez) como en el autoconsumo compartido de la casa del sol en Mérida.
- Abrir cuantos debates sean oportunos de manera multidisplinar a fin de democratizara todo lo referente al uso e instalación de las nuevas energías para que la ciudadanía empiece a comprobar la transición energética de los pueblos y ciudades.
- Incidir en la administración regional, mancomunal y municipal de la necesidad de abordar tanto el modelo energético descentralizado como de la opción de la movilidad sustentable, con todos los recursos que el marco normativo comentario nos ofrece.
El día 8 de septiembre la Plataforma extremeña por un Tren que Vertebre el Territorio y Enfríe el Planeta ocupa el tren hacia Madrid, es recibida en Atocha y se concentra frente al Congreso de los Diputados.
No se trata de repetir ninguna gran manifestación multitudinaria. Nos subimos al tren para reclamar sensatez por parte de todas las administraciones y gobiernos tanto regionales como estatales. Para exigir respeto a una región que ha permanecido aislada estos últimos cuarenta años en comunicaciones ferroviarias, con traviesas de madera, sin electrificar, con una sola vía y viendo cómo se cerraban líneas para construir vías verdes en un territorio lleno de caminos públicos y vías pecuarias.
No nos engañemos, una sola vía de tren electrificado para Extremadura (Badajoz-Toledo) no nos va a sacar del asilamiento, ni nos va a conectar con el mundo entero, lo que no impide que celebremos su incipiente puesta en marcha. Para la tantas veces prometida Madrid-Lisboa habrá que esperar otros veinte años más, como poco (lo del año 2030 vuelve a ser una broma de mal gusto, una burla más).
Nos propusieron tener un Ave como línea estrella y aunque la plataforma sí lo es, afortunadamente se está completando la superestructura (balastro, traviesas, railes, catenarias) con un tren de altas prestaciones (TAP), un tren de velocidad alta, no un AVE. Será un tren de velocidad 250 Km/h (de media 160 KM/h) que es lo que necesitamos para hacer compatible, también como inversión, todas las demás líneas e interconectadas con autobuses (la intermodalidad). Será un tren mixto para potenciar mercancías fuera de los limites regionales. Será un tren que pueda incluso sustituir el avión cuando se tengan unidas las dos capitales estatales.
Las características de la región son las que son y nos encontramos en tierra de interior con una gran extensión y una población mínima habitando el territorio. Por tanto, las comunicaciones son clave para no dejar a nadie fuera, y hacer posible la vida y trabajos sin tener que estar sobreviviendo, emigrando, para ello; o lo que es peor, moviéndonos a golpe de diésel de una localidad a otra de la región. La malla ferroviaria en Extremadura se compone de seis líneas, y todas son imprescindibles hoy mas que nunca. Lo son por responsabilidad política frente al emergencia climática y para la cohesión social y económica de la región (su vertebración).
Y la sociedad y los colectivos extremeños lo llevan exigiendo ante el riesgo de despoblamiento cada vez mayor. Estamos en situación de revertir la situación ya que las comunicaciones son una de las claves principales tal y como lo han entendido todos los grupos políticos de la Asamblea de Extremadura en la recién consensuada ley de medidas ante el reto demográfico y territorial de Extremadura (marzo 2022). Una estrategia de movilidad regional debe contemplar toda la malla ferroviaria existente al menos electrificada, (red convencional) fundamentalmente para pasajeros, pero también para mercancías. Claro que los puertos son fundamentales, tanto del de Sintra como el de Valencia, pero las conexiones con Puertollano (salida hacia Europa de las mercancías), Huelva y Sevilla son de primer orden y mucho más fáciles de conseguir en un plazo razonable.
Lo que es intolerable es que, mirando un mapa actual de las líneas ferroviarias en Extremadura, veamos que tanto el norte como el oeste tienen cortada su continuidad. Nos referimos a la línea de Valencia de Alcántara cortada en la parte portuguesa, y la línea de Plasencia con Salamanca, imprescindible ruta de la plata que nos conecta de sur a norte. Decididamente, el tramposo discurso político del Ave para la región, que no de un TAP que es lo que se está estableciendo, está ocultando una realidad decisiva, la del futuro de la zona norte y oeste de la región. ¿Dónde van a parar todas las buenas negociaciones con el gobierno portugués, incluida la de Trujillo en octubre del 2021? ¿Por qué no se trabaja con Salamanca para conseguir una obviedad dado que la continuidad hacia el Cantábrico y Francia , ferrocarril Ruta de la Plata, es imprescindible? ¿Acaso no estamos tratando del corredor Atlántico? O, ¿pretendemos que todo siga deteriorándose aún más y nunca se tenga la potencialidad de pasajeros y mercancías para reclamarlo?
Lo cierto es que una sola línea que se quiso inaugurar tan deprisa ni siquiera tenía la estación adecuada para ello. Porque no solo Plasencia no encaja, sino que a Mérida le ocurre lo mismo. Acaso, ¿tanto los diferentes gobiernos como la propia Adif ignoraban esa situación? No hay nadie que se lo crea. ¿Solución improvisada?: la de construir otras dos estaciones nuevas en una ciudad y otra. Y sin embargo se sigue negando a la quinta ciudad de ese recorrido, Navalmoral de la Mata, un soterramiento que permita evitar la destrucción urbana, social y económica de la ciudad con repercusiones comarcales evidentes.
¿Un muro en Navalmoral que divida para siempre la ciudad? Pues “la convertirá en más cómoda que lo es actualmente”, repite la presidenta de Adif al lado de una alcaldesa que ignorando a la población entera no quiere seguir reclamando lo que es de justicia. ¿De quién pretende burlarse? El empecinamiento ya de hecho, del propio partido socialista en la región y de sus representantes en la provincia de Cáceres para con la población de Navalmoral de la Mata ,y las comarcas vecinas, es cada vez más ofensivo.
Que desde la Plataforma Cívica No al Muro se reclamen responsabilidades políticas, que se hagan manifestaciones multitudinarias, que se estudie la mejor y menos costosa solución estudiada por profesionales en el sector, que se tenga el apoyo de todos los partidos políticos con representación en la Asamblea, aun no sirve para evidenciar que el soterramiento en Navalmoral no implica un sobrecoste desproporcionado, no significa especulación urbanística, no significa retrasar la siguiente inauguración de la ya famosa línea Madrid-Badajoz.
Pero los más grave es que seguir evitando la realidad por parte del gobierno del Sr. Vara, con respecto al tramo urbano moralo, les está llevando a incumplimientos considerables de la propia legislación tanto estatal como extremeña. Tanto los aspectos de accesibilidad universal, de perspectiva de género como de permeabilidad viaria, y de sostenibilidad ambiental no cumplen en un proyecto de muro que ya lleva casi 100 millones de euros previstos y que encima desde el propio gobierno municipal moralo pretende pedir una ampliación de otros 20 millones más para solucionar la congestión viaria que se plantea en el nuevo nudo intermodal (tren/autobús).
Y todo esto a sabiendas que el soterramiento ronda esas cantidades, a sabiendas que el modelo de ciudad del futuro es verde como así reclaman todas las agendas urbanas aprobadas y consensuadas. El soterramiento crea un ecobulevar y no incrementa el uso del vehículo individual; promociona la marcha a pie o en bicicleta como apuestas de realidades ineludibles que parece que se quieren negar a la tercera ciudad de la provincia de Cáceres, máxime cuando se prevé un aumento de actividad industrial y de población.
Por todo esto, el día de Extremadura decidimos ocupar el tren y exigir en el Congreso de los Diputados que las poblaciones concernidas deben ser recibidas y escuchadas. Exigimos el tren que merecemos.
GT. ENERGÍA. ADENEX