Mucho se ha comentado en los medios de comunicación durante estos días sobre el caso Isla Valdecañas una vez que se supo la sentencia del TSupremo confirmando la sentencia del TSJEX. Leyendo los comentarios de los lectores en la red, artículos de prensa escrita e incluso en noticias de TV, hemos observado que existen dos puntos conflictivos e importantes donde las personas no se ponen de acuerdo o porque el punto en conflicto sucedió hace tiempo y supone un esfuerzo el recordar lo acontecido. Nos referimos a los valores medio ambientales de la zona y al suceso de secado del embalse que tuvo lugar en el 2007 para favorecer las obras y construcción del complejo Isla Valdecañas, con el consiguiente perjuicio, muerte y sucesos posteriores dañinos para su entorno natural. Este complejo siempre se ha vendido como ejemplo de sostenibilidad encontrándose armónicamente conectado con su entorno natural.

Seguimos insistiendo en el asunto del vaciado del Tajo en agosto del 2007, en las inmediaciones del embalse de Valdecañas y dentro de lo que fue zona de construcción del complejo de Marina Isla Valdecañas, aportando para ello pruebas documentales. Queremos dar a entender que todo gran proceso de construcción conlleva para la zona una pérdida de calidad ambiental que afecta al entorno de manera drástica y que nunca puede llegar a ser lo mismo, ni mejor una vez terminada la construcción, y menos, si encima, la empresa constructora no aporta nada durante los años siguientes para la protección y mejora del medio ambiente, como se desprende de la memoria del ejercicio del 2010 y 2011 de Golf Valdecañas S.A.

El fundamento más frecuente que se utiliza para dar viabilidad a este tipo de proyectos en el momento de su presentación por parte de las empresas gestoras, y más en épocas de crisis, es hacer entender que el proyecto proporcionará la creación de una gran cantidad de puestos de trabajo para los que allí viven, y por tanto se da a entender que un desarrollo para la zona.